sábado, 28 de febrero de 2009

CAPÍTULO 16 (ya veréis)

Pues , J Reenviado despuntó y luego terminó de cenar. Sus dotes como rapsoda de lejos cruzaron el atlántico y no volvieron, así que no recuperó sus dotes pero nadie se lo recriminó jamás, ni siquiera Ernesto Pérez Filigrana, el famoso físico nuclear que años después de la supuesta muerte de J Reenviado, compró un apartamento en la costa sin parpadear y tampoco nadie se lo recriminó, ni siquiera J Reenviado, supuestamente muerto y sin parpadear.

Las circunstancias político-ambientales de la época obligaron a los padres de J Reenviado a ejercer de padres una vez enjendrado su hijo e incluso a darle un nombre, hecho que no gustó al padre paterno de J Reenviado, poco acostumbrado a dar nada y menos nombres. Afortunadamente para la madre, cuando su hijo nació ella ya había nacido, cosa que facilitó mucho el parto hasta el extremo de que el hijo nació con nombre.

Por supuesto, estos hechos estan contratados y tienen la misma vigencia y consistencia que la opinión de un tertuliano o las declaraciones de un tránsfuga.

Dicho esto habría que decir otras cosas, pero no ahora.