viernes, 9 de mayo de 2008

CAPÍTULO DOCE Y DUODÉCIMO, ESTUPENDO Y TAMBIÉN PÉSIMO

La prestigiosa antropóloga Prístina Gialla se anticipó al afirmar que J Reenviado componía con blancas oscurecidas y bemoles atrincherados. Se anticipó a ella misma, porque tenía previsto afirmarlo un dia después. Pero afirmar la empujaba a la precipitación sabática. El famoso antropólogo Johan Johan de Estupefacto matizó la afirmación de la prestigiosa antropóloga Prístina Gialla, al afirmar que las oscurecidas no eran las blancas sinó las corcheas y todavía matizó más al afirmar que las corcheas eran salvajes formulaciones que, ya matizando del todo, desprenían psicomotricidades aromáticas de bajo coste o low cost, ahora no recuerdo. Tan rica polémica provocó que siete antropólogos sin caries se reunieran un jueves cualquiera. Encontrar uno cualquiera no fué fácil, porque la mayoría de jueves tienen número y pertenecen a un mes. Estuvieron cinco semanas debatiendo hasta llegar a la conclusión de que eran seis y no siete los antropólogos reunidos. Había resultado que uno tenía caries y se habían visto obligados a expulsarlo disimuladamente.
Nada de esto afectó lo más mínimo la producción sistemática de la obra sin par de J Reenviado, que lejos de polémicas y de Budapest, inauguró la famosa exposición: cuadros a cuadros. Esta exposición marcó el rumbo de la historia de la pintura, incluso la del pasado, obligando a todos los pintores clásico a repintar sus obras, hecho que algunos aprovecharon para ir a la peluquería. Fué en aquella época cuando la madre de J Reenviado acusó a su hijo de haberla engañado con un falso catarro, a lo cual J Reenviado contestó con un dignísimo: ¡aaaaaaatchís!

jueves, 8 de mayo de 2008

CAPÍTULO APROXIMADAMENTE ONCE (11)

Lo que nunca se ha contado de J Reenviado es que, a pesar de que no se ha dicho nunca, J Reenviado era poeta, muy poeta, sobretodo de seis a cuatro, en Holanda. Se sabe que escribió allí sus sonetos sin palabras esdrújulas y dibujó sus dibujos, también sin esdrújulas. Se sabe pero no se ha dicho nunca porque nadie todavía había tenido tiempo de decirlo. Y también compuso su entonces famosa pero ahora olvidada sonata, cuyo título no se puede recordar si no es en Holanda, de seis a cuatro. Dicho todo lo dicho, se entiende mejor la primera etapa poético-agridulce de J Reenviado. Aunque entendiéndose mejor no se disfruta más, ni siquiera en Holanda. Más bien lo contrario, de seis a cuatro.
Pero no podemos olvidar que J Reenviado... Bueno, sí podemos olvidarlo, y lo hemos hecho. Así que vamos a referirnos a un nuevo episodio de su vida que nos ayudará a comprender la capacidad plástica así como duodecimal, de la creación sin par y sin esdrújulas de J Reenviado. Siempre en Holanda, aunque este extremo no ha sido confirmado. Está confirmado otro extremo, el izquierdo, no, más a la izquierda, sí, este, este extremo, que visto desde aqui no parece un extremo, parece un hueco sin razón. Aunque desde Holanda lo parece menos y no precisamente de seis a cuatro.
J Reenviado tuvo tres u ocho etapas como poeta, todas conglomeradas en una, que duró poco, de seis a cuatro más o menos, aunque más menos que más. Suelen dividirse en:

1. etapa prenatal
2. etapa búlgara
3. etapa risueña
4. etapa natal
5. etapa intermedia
6. etapa final
7 etapa búlgara (II)
9. etapa
8. etapa enojada porque el 9 se le había colado